Sábado 19 de agosto, Roma, via Appia Antica. Pinos marítimos a ambos lados que nos daban la sombra necesaria para caminar en ese pesado día de verano. Y sus frutos, que tienen un sabor totalmente diferente de los que se compran, fresco, con el aroma de la planta todavía.
Gracias a Stefi que me ha enseñado a reconocer los frutos buenos de los viejos. ;)
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