Sao Mai de
Cocinalia nos invita hoy a un interesante encuentro. Nos propone publicar una reproducción de un cuadro, escultura u obra de arte en general relacionado con la gastronomía que nos haya particularmente llamado la atención.
Mi mente voló naturalmente hacia los bodegones de los pintores holandeses del siglo XVII. Aquellos que observé en vivo por primera vez en el museo del Prado en Madrid. Tenía 13 años y quedé maravillada. Especialmente grabadas en mi mente quedaron las composiciones de
Willem Claesz. Heda, los objetos que se repiten de un cuadro a otro: la copa römer, los pliegues del mantel... el limón a medio pelar. A veces un nautilus,
siempre los reflejos en los objetos de plata, en los cristales, la luz. El pan o un pastel o en este caso las ostras. Todo cuidadosamente ubicado para tomar esta "instantánea". El que reproduzco aquí se encuentra en el
Rijksmuseum de Amsterdam.
Hay muchos otros cuadros como
"El banquete de boda" de
Pieter Brueghel que también me gustaría colgar en estas paredes.
Pero quisiera agregar algo más de estas latitudes, o por lo menos de este hemisferio. Algo del arte de una cultura preincaica, de la costa norte del Perú, que reflejó casi todos los aspectos de su vida en vasijas de cerámica. Los
mochicas. Una de las colecciones más impresionantes de obras de esta cultura se halla en el
Museo Larco en Lima, del que se visitan también los depósitos. Podría haber pasado horas, días allí. Decenas de miles de piezas que recuerdan la vida cotidiana de una civilización desaparecida siglos atrás. Entre estas piezas se encuentran asombrosas vasijas de asa-estribo que reproducen con gran realismo los vegetales y frutos autóctonos: papas, camotes (batatas), maní, yuca, pepinos, maíz, zapallo, pacae, etc.
Si puedo más tarde creo una tira de fotos con estas vasijas... Y aquí está:
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