La carne argentina goza de buena reputación. Y es merecida. Por supuesto existe un amplio espectro de calidades, pero en promedio es excelente.
Es un producto de exportación que nos representa internacionalmente. No por nada mamá decía que la mejor comida del mundo es un bife con ensalada. Bife argentino, por supuesto. Y si es costeleta (T-bone) mejor. No hay nada como la intimidad de la casa para chupar los huesitos tranquilos... Está también el entrecôte, que es de la misma parte de la costeleta, pero cortado transversalmente. Grueso unos dos centímetros es como nos gusta en casa.
A la plancha, solo con sal y un poquito de orégano. La carne se pone sobre la plancha bien caliente, se sella de ambos lados y se sala. Yo prefiero la sal gruesa en este caso.
El punto de cocción es una cuestión de gustos. Y los gustos también cambian con el pasar del tiempo. Años atrás prefería que la carne no estuviera ni siquiera rosada, bien cocida tenía que ser. Ahora me gusta más jugosa:
En fin, que el almuerzo de hoy fue justamente como le hubiese gustado a mamá, carne y ensalada:
La ensalada de lechuga morada y lechuga manteca con trocitos de queso azul.
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