Se acerca el verano y aumentan las ganas de comer cosas sin demasiada preparación, más frescas y ligeras.
Hoy a la mañana cuando subí a la terraza y vi como había crecido la rúcula, pensé en preparar una ensalada para el mediodía. Ayer había comprado en el centro unos quesos de cabra que quería probar. Y me acordé de los tomates secos que trajo tiempo atrás papá de Mendoza.
Así que uní simplemente estos ingredientes en el plato:
rúcula
tomates secos
queso de cabra
aceite de oliva
sal
Los tomates secos los remojé en una taza con agua y los calenté un poco en el microondas, de manera de acelerar también el proceso. Los corté en trocitos. Las hojas de rúculas las lavé y las acomodé en el plato. Unos trocitos de queso encima, coronados con semillas de tomate fresco. Aceite de oliva generosamente y sal.
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