Es primavera, un poco indecisa y cambiante. Pero todos los signos están ahí.
Las plantas de frambuesa traen sus flores. Y la rúcula y el
cavolo nero, que sembré la otra semana, han germinado. Las rosas llenas de pimpollos, algunos ya se han abierto.
El tomillo lleno de polinizadores. La lavanda, el calistemio...
Verde, sol y hormigas.
Y aromas, romero, salvia, orégano, ajedrea (que se está recuperando), el cedrón que cuando lo veo pienso en la terraza romana de Roberta. En fin, se respira luz. Una tibieza que nos acaricia suavemente.
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