Cuando era chica, las
ciruelas que conocía eran todas redondeadas, y de tonos amarillos o rojos. No sé cuáles eran los nombres de las variedades que se conseguían en el mercado cordobés, pero incluso los árboles frutales que había en la casa de campo de mis abuelos daban ciruelas amarillas o rojas, todas redondas. Desde las jugosas tan ricas para postre, hasta las de carnes firmes completamente rojas que se usaban para el chutney... Esa era mi visión esférica del mundo prúnico, hasta que mis padres encargaron "raras" variedades de frutales de Cipolletti, en provincia de Río Negro. Habrán sido unos 20 frutales, y entre ellos un
ciruelo de la variedad
D'Agen... con sus frutos alargados, piel azulada y carne amarilla. Qué deliciosas me parecieron la primera vez que las probé! Era mi primer acercamiento a las
Zwetschgen.
Claro, sin saberlo también las conocía en la forma en que habitualmente se preparan allá, es decir secas (proceso en el cual pierden casi todos sus encantos). Pero nunca las había visto frescas, porque no llegaban así a la venta. Fue recién en Alemania donde las ví en su esplendor, con sus hermosos reflejos violetas. Y descubrí que acá las usaban muy frecuentemente para una
tarta casera muy tradicional el
Zwetschgenkuchen, también llamado
Zwetschgendatschi. Elvira, la mamá de Robbie, o sea mi suegra, prepara esta tarta de maravillas...
La masa de base que usé es con
Quark y aceite, pero se puede preparar también con queso blanco, o una ricotta cremosa. La he utilizado también como base para una tarta de cayote y nueces. Y se presta naturalmente para mil interpretaciones. La receta, ligeramente modificada, proviene de la
base de datos de Dr. Oetker. Reduje principalmente el aceite, porque quedaba una masa demasiado húmeda.
El resto es partir las frutas, cuyos carozos se desprenden fácilmente y espolvorearlas con un
Streusel.
Todavía me resulta evasivo el límite exacto entre
Zwetschgen y
Pflaumen, como en italiano entre
prugne y
susine, pero por lo menos dejó de parecerme antojadizo.
ZWETSCHGENKUCHEN
Ingredientes
3/4 - 1 kilo de ciruelas lavadas y descarozadas
Masa
150 g harina 0000 (Typ 405)
1 1/2 cdtas. polvo para hornear
pizca de sal
35 g azúcar
80 g quark, ricotta, requesón, queso blanco
30 g aceite neutro (de girasol)
50 ml leche
esencia de vainilla u otro perfume
Streusel
30-40 g manteca
20 g azúcar
40 g harina
Preparación
Lavar las ciruelas. Hacerles con el cuchillo un tajo al costado y quitar el carozo abriéndolas por la mitad. Reservar en un plato.
Preparar la masa tamizando la harina con el polvo para hornear, la sal y ell azúcar. Agregar los demás ingredientes y mezclar con el gancho amasador de la batidora. No trabajarla demasiado tiempo, sólo hasta que se hayan incorporado todos los ingredientes.
Estirar la masa sobre una tartera forrada con papel para horno. Ubicar encima las ciruelas. Lo suelo hacer, por comodidad, del borde hacia el centro.
Mezclar con las manos los ingredientes para el Streusel. Debe quedar una masa que se une al compactarla, pero que se desgrana fácilmente. Esparcir sobre la tarta.
Llevar a horno precalentado a 180° por unos 50 minutos o hasta que se haya dorado ligeramente el Streusel y el jugo de la fruta forme como una jalea. Retirar del horno y dejar enfriar.
Se sirve con un copete de crema batida.
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